Fotulis y fotelis

Instagram

martes, 31 de julio de 2012

Cambios, amortiguacion y gomas en llanta


Bueno, a ver, me pasó algo. Conocí a un pibe. Bah, pibe…ponele que tiene mi edad. Lo vi, me vio, nos vimos, y me encantó. Un divino, no sabés. Nos embobamos a primera vista. Llegamos a pasar 8 hs enteras mirándonos nomás. El paraíso en un monoambiente. Me llamaba todos los días, a los 3 días ya me quería y a los 5 días ya le había hablado de mi a su madre y a su hermana.
Viste cuando alguien te mira como si fueses una coca cola en medio del desierto? Viste cuando un tipo te mira con carita de embobadísimo? Bueno, olvidate. No me preguntes que pasó, pero de un día al otro, el príncipe azul se bañó en agua caliente y destiñó feo.
“Bajemos un cambio”, me dijo.
Bajar un cambio? Que soy yo, Di Palma? Schumacher? Que mierda significa bajar un cambio?
“Bajemos un cambio”, me dijo.
Lo que jamás me dijo, es como carajo se baja un cambio. No sé manejar. No soy el Mago Emmanuel de las relaciones, viste. Por algo tengo 31 y sigo soltera.
“Bajemos un cambio”, me dijo.
Y de los llamados diarios y los sms a todas horas, pasó a un vacio tan grande y frío como el de mi heladera.
“Bajemos un cambio”, me dijo.
Y ahora? Apaaa…manejate Celeste. Vos fijate. Y bueno, una se pone a pensar. Intentas descubrir la falla. En este caso, no te sirve echarte culpa, porque una jamás se puso el vestido de novia y fue a hablarle de los nombres que tendrían los hijos que querías que te haga. No. Jamás tuviste tiempo de avisarle que la nena se va a llamar Violeta y el nene puede llamarse como él quiera. Ni le dijiste que Mariana, tu mejor amiga, tiene que ser la madrina del primero, y tu mejor amigo Jonatan, del segundo. Ni a palos.
Tampoco le dije que soy capaz de despertarlo en mitad de la noche para que me mate una cucaracha del baño
“Bajemos un cambio, apenas nos conocemos”, me dijo.
Ok.
No te llamo.
No te escribo.
Ahora, si me haces el favor, podrías desalojar mi cabeza? Encima que no me avisaste así ordenaba un poco antes de que te instales, no me vengas de ocupa, viste
Como chota se baja un cambio? Y porque hay que bajar cambios? O sea, loco, yo no me imaginé cosas. Amén de que mi imaginación es genial, te veo esa mancha en el techo y ya flasheo que tiene ojitos, cara, y por ahí es el ectoplasma de un fantasma que nos mira, y…ah, si, bajar cambios. Bueno, joya. Bajemos un cambio. Me explicarías como sería bajar un puto cambio? Que yo sepa, no le puse un rifle en la boca al grito de “Quereme, mierda, decime que me querés, llevame a dormir con vos y hablale de mi a tu madre!”
“Bajemos un cambio, apenas nos conocemos”, me dijo.
Y bueno, conoceme, boludo! Que querés saber? Acaso uno llega a conocer a una persona aunque pase años con ella? NO. No podés conocerme a medida que me vas queriendo? No podés conocerme mientras hacemos el esfuerzo de romper una pata de la cama? . No sé que carajo somos, ni que carajo podemos llegar a ser. Pero seámoslo juntos. Y si de los errores se aprende, equivocate conmigo. Y si vas a respirar encima mío, que sea con un buen blues de fondo.
Las minas somos complicadas, si. Y ustedes los tipos, también.
“Bajemos un cambio, apenas nos conocemos”, me dijo.
Conoceme, entonces. Lo básico ya lo sabés. Ahora te queda saber que odio que me hablen si estoy en el baño, o que detesto que el dentífrico este destapado, que odio el olor a frito y me agarra pánico escénico si tengo que tocar la bolsa de basura. O que cuando me viene me pongo melosa, mimosa y me surge una gorda comedora impulsiva de chocolate. O que le tengo alergia a los cambios bruscos de temperatura, a la penicilina, a la cera depilatoria caliente y a algunas cremas perfumadas. O que me desarrollé a los 10. O que hace meses no soy capaz de llorar. O que calzo 39/40. O que mi corpiño es 95, aunque tengo la espalda de un travesti. O que soy una Susanita modernosa y me encantaría de acá a 15 años estar en una casa con un perro, hijos, marido y música todo el día. Y una huerta. Y una chimenea así me siento a tejer durante horas.
Y que cuando digo “Que frio tengo”, significa un “Abrazame”, y cuando te peleo mirándote fijo, es para que me hagas callar de un beso. Y si vamos por la calle, dame la mano, asi aunque no hablemos, yo sabría que voy con vos, y que vos venis conmigo.
No creo que se necesite mucho más que eso.
“Bajemos un cambio, apenas nos conocemos”, me dijo.
Y una es tonta, y acepta. Te bajan 3 cambios de golpe, y vaya una a saber porque, en vez de mandarlo al carajo, agacha la cabeza y le respeta los miedos y los tiempos. Y se enoja. Y un día dice “Que se haga la paja con una maquina! A mi no me boludea más!” y te llama o te manda sms y te derretís. Y te habla de comprarte queso crema así desayunan juntos y vos ya tenés la lapicera en la mano y preguntas donde firmas. Y te lleva a cenar con su hermana y su cuñado. Y te agarra la manito en el restaurante. Y te sonríe y te tiemblan las piernitas. Y te abraza y se te sacude el alma. Y te da un beso y se te paraliza el aliento. Y te mira…y lo perdonas. Te mira y le perdonas ser tan cagón, y le perdonas los 4969 cambios bajados, y le perdonas las veces que no te llamó, los Te Quieros que no te dice más y le perdonás hasta que te ronque en la oreja cuando duermen juntos. Lo único que no le perdonás son los días que pasaste triste, extrañándolo. Y no le perdonas que haya arrancado así, entristeciéndote. Y quizás en algún momento, se lo vas a decir
“Bajemos un cambio, apenas nos conocemos”, me dijo.
Ok, yo te bajo un cambio. Pero solo esta vez. Por que a mi haceme lo que quieras. Si me vas a tratar como a una muñeca, mínimo tratame como a una inflable y haceme mierda contra la pared. Rompeme toda. Pero el corazón no me lo toques.
“Bajemos un cambio, apenas nos conocemos”, me dijo.
Dale, bajemos un cambio. Ponemos marcha atrás. Revisame el chasis. Haceme alineación y balanceo mientras me medis el aceite. Pero hacelo conmigo. Y explicame, de una puta vez, por favor, que mierda significa bajar un cambio!