Fotulis y fotelis

Instagram

sábado, 30 de abril de 2016

Tarda en llegar y al final, hay recompensa?

Una vez Calamaro (Que no es santo de mi devoción) dijo que cuando es feliz no puede componer.
A mi me pasa algo similar.
Si estoy enojada, sufriendo, o algo así, te escribo hasta la nueva Biblia.
Quizás por eso hace tiempo que no le metía entradas al blog.
 Eso no significa que haya estado feliz todos estos meses, pero nada ameritaba dedicarle tiempo y tipeo.
Hasta hoy.
Estoy hace unos meses con alguien. Su nombre no importa, ni de donde es ni a que dedica el tiempo libre como el yerno de Perales. Es un ser humano y me hace feliz por todos lados (Literal). Y eso alcanza como información.
Y yo, que hace unos meses vomitaba acá mi clásico “No quiero un novio, no quiero amor ni esas pelotudeces”, una noche me subí a un taxi yendo al encuentro de uno más del montón (Pobre ilusa), y me encontré con alguien que me desestabilizó las estructuras, que agarró mis prejuicios y me los hizo un bollito para metérmelos en el culo (No literalmente, ojo). Alguien que me hace reír hasta que me duelen los músculos de la panza, que me hace arder la piel y la sangre, alguien que me está ensanchando los pulmones a fuerza de suspiros y que me está haciendo sacar músculos en las manos de tanto agarrarlo fuerte para caminar por la calle juntos.
Y tengo mimos, y tengo música, y tengo proyectos, y sueños, y ganas de mil cosas que jamás había querido con nadie y tengo, tengo y tengo.
Y me tiene.
 Y yo, miedosa por naturaleza y por psiquis, me estoy animando.
Animando a dejarme cuidar AL FIN, animándome a dormir abrazada a alguien que AL FIN también me abraza a mi. Animándome a ponerle nombre a mis “Para cuando un novio?” de mis tias. Animándome a decir y escuchar miles de Te Quieros y Te Amos y no aterrarme por decir y oír un “Mi amor”. Animandome a pelear por el nombre que le pondremos a nuestros hijos y no aterrorizandome por eso, como antes.
Él sabe que estoy con él.
Y él sabe que está conmigo.
Ir por la vida queriendo a quien nos quiere está bueno. Así, sin que el resto se meta y opine.
Yo soy feliz.
Él es feliz.
Somos felices.
Nos hacemos felices.
Y por el momento, es más que suficiente.