“Yo tenia una novia que me hacía drama por todo, me hacía
bardo si salía con mis amigos, si me iba a ensayar”
Yo escuchaba, en silencio, mientras picaba una zanahoria
Solo atiné a decir “No es lo mismo amar de chico que amar
ahora, de adulto” y cambie de tema.
Debo ser la persona menos indicada para hablar de amor.
No podría estar con alguien que no me dejase hacer las cosas
que me hacen bien. No podría pasar otra vez por eso. Perder amigos, perder
actividades, perder posibilidades de trabajo, todo por no perder a alguien.
Eso es amar? Cortarle las alas a quien amamos no me parece
nada similar a amar. Me parece más como un asesinato. Matarlo desde adentro,
desde el alma.
Pero como hacerle entender que amor no es perder la libertad
a alguien que le tiene tanto miedo a amar…Como explicarlo si yo muero de miedo
ante esa posibilidad remota.
Yo sé amar. No sé como es ser amada. No soy la clase de
mujer a la que eligen. Esas historias le suceden a las minas que después te
hacen berrinches porque salís a tomar una cerveza con tus amigos. Las
oportunidades se las dan a otras, no a mi.
Y una se queda acá, sabiendo perfectamente como querer sin
atar, como acompañar sin reprimir, como escuchar, como abrazar, como dejar ser
y como incentivar a que sea.
Y lo peor, es que por historias así, las que realmente
queremos BIEN, nos quedamos acá, sin chances, por culpa de los miedos y la
resaca que dejan las historias anteriores. Sin siquiera merecer la chance a
conocernos realmente. A ver de cuanto somos capaces.
Hace muchísimo que no me enamoro. Y no sé si alguna vez me
sucederá.
No me dejan.
Supongo que debí haber dicho todo eso. Pero preferí quedarme
en silencio, picando la zanahoria en cubitos, pensando en todo esto.