Fotulis y fotelis

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miércoles, 20 de enero de 2010

Ahh, no, no, yo esas cosas no hago, querido!

Tengo 29 años. Y soy mujer, como se puede ver a simple vista. Una mina normal, como vos, o como vos, porque no, como vos también.
Es que ser mujer, tener 29, ser normal, y tratar de decir algo inteligente, y a la vez, gracioso… mierda que es jodido! Y decí que no soy rubia. Porque siempre está ese mito de que las rubias son medio pavotas. Ojo… hay morochas medio gansas también. Y no hablemos de los tipos. Esos nos ganan. Pero, a la vez, pobrecitos… Están sobre exigidos. Tener dos cabezas, y tener la obligación de hacer funcionar ambas…te la regalo.

Porque si nosotras llegamos al orgasmo en 5 minutos, somos unas divas pornográficas, estabamos re quenchis, como sea. Si ellos llegan en 5 minutos, van al sexólogo. Y ni se te ocurra decirles “YA ESTA???” porque se deprimen, se ponen nerviosos, no te llaman más.

Los entiendo. Creo que el sexo para un hombre debe ser como sentarte a comer y que el mozo te esté preguntando “Y, Señor? Le gusto?” y que uno le diga “Ehhmm…si, muy rico…me lo comí demasiado rápido? Quiere que me coma otro, por las dudas? Lo comí bien?”

Las mujeres también somos complicadas a la hora del sexo. No decimos nunca cuando algo no nos gusta. Eso si, después con nuestras amigas, nos despachamos de lo lindo criticando al muchacho en cuestión.

Es que antes…todo era más fácil.

El sexo tenia dos posiciones nomás. Era eso, o eso. Si no te gustaba una, ibas a la otra. Pero ahora, con esto de la revolución sexual…Dejame de joder! Para tener sexo, tenes que hacer, mínimo, un año de yoga. Y tener un buen traumatólogo cerca.

Lo único que pedimos las mujeres, es que al menos, se bañen. Nada de venir del papi con los muchachos y pretender que nos echemos encima de ustedes.

En cambio, los hombres…Exigen, exigen y exigen. Exigen que estemos depiladas a la perfección. OK, no hay drama. Pero que me lo diga un tipo que es más peludo que Pie Grande… Es medio contradictorio, viste? No me gusta escupir bolas de pelos como si fuese un gato.

Ser mujer no es nada fácil. Pero tampoco es fácil ser hombre.
Nosotras vamos al baño juntas, y no nos andamos mirando las partes para comparar tamaños.
Si nos abrazamos, no nos tildan de gays.
Podemos darnos el gusto de decir “Hoy no tengo ganas” y no quedamos como taradas.
Porque si a un tipo se le presenta la posibilidad de ponerla y dice que no, automáticamente pasa a ser el nabo del barrio.
Vamos al ginecólogo, y está todo bien. Pero cuando a los hombres les toca ir al proctólogo… Mamma!! Es todo un tema el del dedo. Los trauma. Pero, claro, ellos tienen ese morbo de que a nosotras nos re calienta ir al ginecólogo. Chicos…no hay nada más excitante que ir a una clínica, que un tipo que nos llama por el apellido nos haga abrir de piernas en una camilla, y sin siquiera preguntarnos de que signo somos, nos meta una mano.
Tengo un ginecólogo divino, lo adoro.
Siempre digo que es casi como mi primer marido.
No me pregunta como estoy, no se gasta en hacerme mimos, no me dice cosas lindas, no me saca a pasear, no me da plata, y no tenemos sexo. Pero, a la vez, me hace escenas de celos! Cada vez que voy, me pregunta si tengo relaciones sexuales. HOLA!! Si no estuviera acá, estaría teniéndolas, querido!

Es que esto del sexo es tan complicado! Nosotras, con un par de buenos besos y un par de manos donde nos conviene, ya estamos hechas.
Los hombres, no.
Quieren todo.
Quieren que seamos perras, elásticas, calentonas, sumisas, activas, gritonas, putas, y mudas. Y en lo posible, que después nos vayamos y los dejemos dormir. Y si tenemos plata para pagarnos el taxi, mucho mejor.

Además, siempre está esa vieja excusa del dolor de huevos. Si Uds. nos hacen calentar la pava y nos dejan sin el mate, no nos duele nada. Salvo el ego. Pero, como toda dama que se precie, nos callamos. Dios nos salve de decir que nos quedamos con las ganas! Eso si, les aviso que despues, con nuestras amigas, diremos "Seguro es puto, me le tiré encima y ni me tocó!"
Y ahí está otra de las contradicciones de los sexos. El hombre es amigo de su mano hace años.
Y lo cuenta.
Las mujeres, no.
Hace unos años, las mujeres no se tocaban. Era tema tabú. “YOOO??? JAMAS!!!! Quien te crees que soy???” decíamos.
Hoy, con la revolución sexual...Ma si! Lo decimos. Y a los hombres, les gusta. Quieren oír, mirar, participar. Mujeres! Animémonos! Es parte de la vida. Levante la mano la mujer que admite tocarse. Formemos un grupo de autoayuda. Digamos “Me llamo Fulanita y ya me estoy quedando sin huellas digitales”

Es que esto del sexo, la guerra de los sexos, es tan complicado… Hace poco me enteré que los hombres también fingen. Déjense de joder! No nos roben algo tan nuestro! Por el amor de Dios! Era nuestra única estrategia para que Uds. no nos molesten más! Porque lo hacemos? De puro buenas que somos, nomás. Y de puro taradas. Porque bien podríamos decirles “Mirá, valoro tu esfuerzo, pero la verdad, no me hiciste ni cosquillas, y estos 2 minutos que duró todo, estaba pensando en que esa mancha del techo se parece a la anaconda de Carlitos Nair, pero ni pensando en eso me calente”

No, no lo decimos.
Creemos que si lo decimos, así, a la que te parió, el señor a nuestro lado se va a poner mal, se va a enojar, y nos va a decir “Es que vos no me calentas!” y eso derrumbaría nuestro autoestima al quinto subsuelo.
No, no lo decimos.
Por eso fingimos.
Ponemos carita de “Ay que bien que la estoy pasando” y emitimos unos AHHH AHHHH, SI, ASIII, HACEME ASIIII . Y listo.
Si nos dieran un premio por cada orgasmo fingido en nuestra vida, creo que solo con mi ex marido hubiese ganado el Oscar.
Lo que no entiendo, es porque ahora me vengo a enterar que los hombres también fingen. Bah…si, en el fondo, lo entiendo. Es que algunas mujeres somos tan bobas! Existe la mujer estatua, que se tira en la cama y te dice, como si fuese una moto “Subite”. La muda, que solo hace “Mmmmm mmmmmm”, la romanticota, que pretende que se la pongan mientras escucha a Ricky Martin o a Luis Miguel. La tímida, que te apaga la luz, se tapa para que no la mires, se viste para ir al baño, cuando hace un rato la miraste toda en bolas. O la reprimida, que te grita “QUE TE CHUPE QUE COSA????”

Los entiendo. Mujer que se precie, debe ser una dama en la calle, una señora en su casa, y una puta en la cama. No queda otra. Con esto de la revolución sexual, los hombres exigen. Si no les das lo que quieren, se escapan. Y no queremos eso.
Ellos piden, piden y piden.
Piden que estemos lindas, que los cuidemos, que cocinemos, que no hablemos demasiado, que no reclamemos. Que seamos una copia de sus madres, pero un poco más trolas nomás. Quieren hacernos creer que el sexo oral es como la vitamina C. Una al día, mínimo. Quieren que fantaseemos con que tenemos diabetes y sus pitos son insulina. Porque no hay mejor forma de demostrar el amor. Bah, si, la hay, pero ellos prefieren esa forma.
A las mujeres nos gusta tener amigos platónicos, nos encanta tener amigos platónicos. “Ay si, es mi amigo platónico, mi compañero, el que está en todas, lo quiero y es como mi hermano” Nos encanta tener amigos platónicos.
Los hombres no.
Ellos no tienen amigas platónicas. Son “mujeres a las que todavía no voltearon”. Eso es lo que son.
Sabés lo que es un amigo platónico para una mujer? Es como una pija en una caja de vidrio. En caso de emergencia, rompa el vidrio.