Fotulis y fotelis

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sábado, 16 de enero de 2010

Cosas que me sacan de quicio

A mi me saca esos que ven de todo un mensaje de Dios.
El tipo atropella a un auto a 10.000 Km. por hora, están todos muertos y él está “Ah, Dios me dice que maneje mas despacito” Sí, claro, Dios mata a una familia entera para que él maneje mas despacito.

¿Por qué mierda le tocamos la panza a las embarazadas? Nos hacemos todos los doctores. “Hola, yo soy la mamá” y van y le tocan la panza. Yo no veo que le toquen las bolas al papá.

¿Qué hay de esos que ponen un cartelito en la puerta del baño que dice “Baño”? ¿Qué? ¿No se dan cuenta? No sé ¿Alguno le habrá ido a mear la pieza? Lo peor es cuando es un departamento chico y el boludo se te acerca y te pregunta “¿Donde queda el baño?” Uy, no te vayas a perder en mi mansión, no te vayas a desgarrar las manos abriendo puertas. ¡Hijo de puta! El departamento tiene dos puertas. ¿Cuál te parece que es?

Que feo ser guardia. Tener que estar siempre prevenido, viste. Para colmo, un bajón que esté todo el día con el walkie talkie mirando a personas. Les informan “El chico. Camisa Azul. Pantalones marrón” “Gorrita azul. Camisa Blanca. Jeans” Debe ser jodido para el guardia sacarse la costumbre. ¿Te imaginas que el chabón va con un amigo a bailar? “Che, mira a la mina de allá, la de Blusa roja” “¿Cuál?” “La de allá. Blusa roja, pollera amarilla” “¿Qué pasa, que pasa? ¿Anda robando? Eh, vos flaca, dejá eso ahí y vení para acá”

Llamás a una pizzería y te dicen “Pizzería Sólo Pizza. ¿Qué desea?” Magdalenas, la puta que te parió ¡Más vale que voy a querer pizza! ¿Para qué pregunta que quiere? Ahora entiendo porque siempre les hacen jodas telefónicas a los pizzeros.

Vas a Carrefour, y siempre te encontrás a esa personita que no ves hace tiempo (porque no querés verla desde hace tiempo) que te para y te dice “hola. Que tal. ¿De compras?” ¿Y que te parece, vieja?

Otra costumbre estúpida es cuando estás en tu casa, te llama un amigo y te dice “Hola ¿Qué hacés? ¿Dónde estás?” Me llamás al teléfono de casa y me preguntas donde estoy. Ah si, sos muy inteligente. Para colmo te dicen “¿Qué haces?” Estoy hablando por teléfono, y él lo sabe, que dan ganas de contestarle “Estoy con una mano en el teléfono, y con la otra me estoy rascando el culo. ¿Y vos?”

Lo peor: El médico te toca en la rodilla, gritás como la puta que lo parió, y el médico, descarado hijo de puta, te pregunta “¿Te duele ahí?” No, grité porque tenía ganas de probar mis cuerdas vocales. ¡¿Qué te parece, pelotudo?! Pareciera que nunca sintieron un dolor en su vida. Te dan ganas de pegarles una buena patada en los huevos y preguntarles "¿Te duele ahí?"

Es increíble lo rápido que encuentran el amor los adolescentes. Salen dos días y ya se aman. “Te amo” “Yo también” “¿Sabés que hoy se cumplen dos días desde que nos conocimos y nos pusimos de novios?” “¿Dos días? No me había dado cuenta” “¿No te habías dado cuenta? ¡¿Te olvidaste de nuestro aniversario?! ¡Te odio, mierda!” “Andá, andá, inmadura! Cundo madures, vení a buscarme, me voy a jugar a la Play”

Porque es así. Cuando una relación termina o hay un quiebre (¿no es lo mismo? No, a veces no) siempre pasamos de amarnos a bardearnos, pero bardearnos mal y decirnos todas esas cosas que nos molesta o no nos gusta del otro como si nosotros fuésemos perfectos.

¿Qué seria de las relaciones si todos dijéramos lo que realmente pensamos? ¿Cuánto duraría una cita a ciegas? Unos seis o siete segundos, aproximadamente. El hombre y la mujer se encontrarían y dirían: “Hola. Sos horrible” “Ok, tu aliento mata” “Bueno, nos vemos” “Chau”

Es increíble lo que tardan los hombres y las mujeres en vestirse bien para el otro cuando el otro lo último que mira es la ropa.

La mayoría de las parejas adolescentes hoy en día se conocen en boliches y discotecas y se inventan nombres y/o laburos para que el otro se sorprenda y no sepan que en realidad el otro no hace nada. Inventamos laburos que no existen “Sí, soy el gerente supervisor general de la empresa” ¿Por qué? Porque a las mujeres les interesa de que trabaja el hombre, que marca de ropa usa, a donde suele ir, que amigos tiene, cuantos amigos tiene, cuantos de ellos están buenos, que amigas tiene, cuantas amigas tiene, cuantas de ellas están buenas, etc.
¿Y al hombre? Al hombre no.
Al hombre sólo le interesa la mujer.
La mujer le puede decir “Sí, trabajo en un matadero. Soy la que pega en la cabeza a las vacas” y el hombre le va a responder “Ah si. Que bueno. Eso me excita” ¡¿Cómo te va a excitar que una mujer mate de un mazazo en la cabeza a un par de vacas?!

Y además, no sé porque empiezan mintiendo. Las relaciones no se empiezan con mentiras. Se terminan con mentiras, pero no se empiezan con mentiras.

El noviazgo adolescente está compuesto por dos personas con puestos y con relaciones descompuestas. Siempre sospechamos de la infidelidad del otro mientras nosotros le metemos los cuernos con cuarenta. “Ah no ¡Me mete cuernos el muy hijo de puta” “Pero boluda, vos le metés los cuernos conmigo” “No, sí, pero esto es diferente” ¡¿Diferente?! Sí, claro.

Además pensamos que la educación sexual es dar las gracias después de tener sexo.
Las chicas adolescentes están cada vez más locas, cada vez más provocativas. Fíjense que contradicción hay entre las chicas y los chicos, que los chicos, si pasa una mina linda, le gritan “Bombón, te parto al medio”, y las chicas, si pasa un chico feo, le gritan lo mismo pero 100% sarcásticamente.

Igual las mujeres se quejan cuando los hombres les gritan cosas en la calle, pero no se hacen cargo de la incentivación que ellas provocan. O sea, salen con un tremendo escote, que hasta a los chicos chiquitos les llama la atención. “Papá, quiero esos dos globos” “Yo también, hijo, yo también”